Sunday, December 6
Esperando.
Son las 4:51, según el relojito este caché de la computadora. 4:51 así como 12:51. Me gusta mucho esa canción porque siento que tiene voluntad propia, es difícil de explicar. Se supone que él llega a las 5, le abro la puerta y nos abrazamos así tipo novela de bajo presupuesto. Me gusta pensar que vivo en una película. Podemos, no sé... ir por un café después de la reunión a la que lo tengo que acompañar, no sé, algo que refleje que estoy aprendiendo a estimar al invierno. Tengo que hacer tantos trabajos pero en verdad siento que no importa, me da miedo pero no importa. Hoy fue un excelente día para creerme alguien adquisitivo, y qué hago... sólo sentarme a esperar. O más bien, a esperar no, me siento a anhelar, o, ¿cómo se dice? Cuando de verdad la mente se toma unas largas vacaciones. Como en las que mi cuerpo ha vivido desde que me acuerdo.
Formatos y numeritos y todo eso. Eso que mi hermano todavía no puede entender por más gente que viene y le explica. Ya más o menos le entiendo a la forma de hablar de mi teléfono. Vaya bloqueos. A ver si hablándole se percata de que no espero nada, y esperar nada ya es algo. Porque dentro de mí si soy cursi y eso. Y tal vez hasta débil. Y sigue el frío, conmigo remangada.